Y esque a veces me da por
pensar que yo no tendría que haber respondido aquella llamada ni tenía que
haber ido a dejar que todo aquello ocurriese… pero lo cierto y verdad es que
estoy sentada frente al telefono y el papel en el que se encuentra todo lo que
se de él, y de todo aquello…
¿Qué hacer en momentos como
estos? Dejar fluir esa parte de mi que tiene ganas de llamarle o ser esa
responsable que jamás rompe su rutina ni mucho menos entregarse a esa parte
llamada inconsciente…
Pero fue un momento tan
intenso, aunque no nos conocieramos, ese encuentro estaba predestinado,
¿deberia ahora creer en mi destino?
- - ¡Maaaaaaami!
- - ¿Qué te pasa pequeño?
- - ¡Estas muy seria! ¿En qué piensas?
- -Cosas de mayores cariño, ¿has hecho los deberes?
- -Sí, pero hay una cosita que yo no se hacer y la
profe ¡no me lo explica bien!
- -Ve para allá que ahora voy a ver si conseguimos
hacerlo entre los dos ¿vale?
No entiendo como soy capaz de querer enfrentarme a algo que no me va a llevar a
nada, ni siquiera se porque lo he pensado… la verdad esque parezco, otra vez,
una quinceañera.